El diablo a todas horas
Donald Ray Pollock, nace en 1954 en el Estado de Ohio E.U. A los 52 años se inscribe en un programa de escritura creativa en la Universidad de Ohio y publica su primera novela, El diablo a todas horas en 2011, la cual fue muy bien recibida por la crítica.
Bajo una narrativa circular, la historia comienza con las vicisitudes de Willard Russell, veterano de la Segunda Guerra mundial quien no puede poner en palabras algunos ecos e imágenes de su pasado como soldado. Esos primeros demonios lo empujan a la construcción de su propio oratorio que, ante la ineludible pérdida de su esposa, se convertirá en una nueva zona de guerra. El trauma paterno será heredado a Ervin Russell, su hijo, quien es obligado a atestiguar cada uno de los actos de su padre hasta que este muere; remanentes que, aunados a la orfandad, inscribirán las líneas de su devenir.
Su prosa invita a no parar de leer a pesar de ser sumamente perturbadora, logrando así distintos umbrales a lo largo del libro. Las historias a través de un prólogo y sus siete capítulos, van tejiendo una trama con distintos nodos que oscilan entre lo azaroso, lo tocante a la repetición y lo propio de la sociedad norteamericana ubicada en la posguerra. Arvin, el personaje principal transita dos décadas en las que, como efecto de su historia, concatenará las huellas de su cruce con distintos personajes.
Pollock nos coloca frente a una novela que más allá de la fácil o reduccionista lectura dicotómica entre el bien y el mal, lo normal o anormal, invita a introducirse en una realidad ceñida a claro oscuros que terminan haciendo resonar lo ominoso de los procesos subjetivos que nos habitan.
La novela fue llevada al cine en 2020. Además de leerla, puedes ver la versión fílmica en la plataforma de Netflix.